Dramaturgia: Orlando Cajamarca
Dirección colegida: Alfredo Valderrama, Jhon Lotero, Victoria Giraldo, Gustavo Silva
Obra en repertorio

Esta es la segunda pieza de una saga de obras cortas escritas por Orlando Cajamarca. En la primera entrega se montaron cuatro escenas de amor instalados en situaciones cotidianas, donde la tensión amorosa se desarrolla en un lenguaje de superficie banal que teje situaciones que evidencian la neurosis del afecto. En esta nueva entrega se mantiene la misma línea en lo referente al lenguaje llano y de superficie, pero se construyen o salen a la superficie tensiones encriptadas donde el amor emana de la sordidez de los personajes, que evidencian conflictos que saltan a vista y avanzan en la frontera de lo psicótico y demencial. La obra está compuesta por cuatro cuadros teatrales que sirvieron al grupo para realizar un segundo taller de dirección que cuenta nuevamente con la dirección integral de Orlando Cajamarca.

Cuadro 1: El extravío. Dirige, Victoria Giraldo. En una noche lluviosa sin estrella y de extravío alcohólico, Patricia busca a su amante que se niega a recibirla, pues su vista le resulta inoportuna.

Cuadro 2: La Partida. Dirige, Gustavo Adolfo Silva. Dos mujeres unidas por la causa y en trance de desamor esperan un tren una tarde de viernes santo. Huyen de sí mismas en un clima de terror político y persecución. 

Cuadro 3: El exorcismo. Dirige, Jhon Lotero. Un cura y su amante se citan en el confesionario. Es una pasión non santa, una letanía, una procesión donde el deseo se exhibe encadenado. 

Cuadro 4: La deuda. Dirige, Alfredo Valderrama. Dos jóvenes modernos, ella, una actriz aprendiz de porno, él un chulo punk, realizan un pacto de pareja abierta y liberada que se vuelve deleznable como una promesa de amor eterno.